Universidad y sector productivo
Las
Universidades constituyen las principales instituciones del sistema
educativo superior. Poseen una historia milenaria que se remonta a la
Edad Media.
A
lo largo de los siglos fue acumulando una serie de funciones que fueron
permitiendo contactar lentamente con la sociedad, en la cual desarrolla
sus actividades.
A
medida que el acceso a la Universidad se fue haciendo masiva, han ido
surgiendo problemas graves en cuanto a la forma de financiar sus
actividades: los magros presupuestos para las Universidades públicas de
gestión estatal y la autofinanciación a través de los aranceles de sus
estudiantes en las públicas de gestión privada como asociaciones sin
fines de lucro.
En
el mundo, regido por la globalización de las relaciones comerciales,
donde la empresa privada parece ser la organización ejemplo de
eficiencia y de racionalidad, se considera que su funcionamiento debe
ser imitado por la Universidad. En el desarrollo estratégico de Mendoza
para los próximos años es fundamental la relación entre Universidad –
Empresa - Sociedad pero teniendo en cuenta que ese funcionamiento no
puede ser análogo, ya que sus objetivos de existencia son distintos.
Las
Universidades deben cumplir con la importante tarea de aplicar los
procesos de regionalización – territorialización para evitar el
desarraigo de nuestros jóvenes, conociendo la realidad de cada región –
territorio, preservando de esta forma que los nuevos profesionales
desarrollen sus competencias en el lugar de nacimiento y favoreciendo de
esta forma el desarrollo de la matriz productiva local. Todo esto
independiente de obtener la máxima eficiencia en sus actividades pero sí
resguardando algo tan importante como es la inclusión y el desarrollo
social.
En
este futuro de Mendoza, Universidad – Empresa – Sociedad se necesitan
de tal forma que debemos hablar de interdisciplina, intersectorialidad,
incluso interdependencia, conociendo que hay diferencias importantes
entre Universidad – Empresa.
Las
Universidades producen y son parte esencial de la Sociedad del
Conocimiento con el gran objetivo de “ comprender la naturaleza”, “
ayudar a la sociedad “, “ investigar con aplicabilidad “. La Empresa
utiliza parte de ese conocimiento que se produce y que lógicamente tiene
aplicación específica a la consecución de lograr los máximos
rendimientos.
Cuando
la Empresa produce conocimientos no siempre hablamos de ciencia pura
sino de ciencia aplicada, cuya ejecución debe asegurar los retornos
requeridos o sea los productos serán aquellos que impliquen mejores
tecnologías tendientes a bajar costos y optimizar procesos y productos.
Las
Universidades son organizaciones muy complejas con múltiples objetivos a
alcanzar y además a cumplir obligatoriamente por las normativas
establecidas por el Estado sean privadas o estatales. Si bien no podemos
perder de vista la magnitud de los costos esto no son siempre factores
determinantes de rentabilidad en términos económicos, sino como
indicador del uso racional de los recursos.
Muchas
veces en conferencias, jornadas, medios de comunicación se solicita que
las Universidades adecuen su oferta académica de pre, grado y pos o
bien sus trayectos curriculares a las necesidades del medio con
proyección al 2030 – 2050 ( TICs, nanotecnología, desarrollo
sustentable, telesalud, etc ), sin dudas estamos de acuerdo, sin
embargo no se tiene en cuenta que hay un Estado que regula políticas,
leyes y su aplicación ( Ej: ley de Educación Superior del año 1995 ¡!).
El
cumplimiento de leyes, normativas implica cumplir con requisitos,
stándares básicos cuyas aprobaciones o modificatorias pueden llevar
meses a años, cuando las respuestas llegan la apertura de nuevas
carreras y sus contenidos o las modificaciones de las currículas ya
están desactualizadas u obsoletas, esto habla claramente del gran
dinamismo dentro de la sociedad del conocimiento y de las necesidades de
las empresas en particular y de la sociedad en general.
El
analizar la Educación Superior y en sí toda la Educación en nuestro
país según la lógica del mercado es desconocer el importante papel/rol
que deben cumplir en especial las Universidades para que toda la
Sociedad alcance un desarrollo sostenible, equitativo, inclusivo:
igualdad de oportunidades para todos y en donde adquiere gran
importancia la responsabilidad social universitaria: logrando procesos
participativos, democráticos, de justicia social.
También
a la Universidad se le solicita el desarrollo de la ciencia y
tecnología ( i+d+i : investigación – desarrollo – innovación ) lo cual
es lógico ya que es el ámbito correspondiente, pero como señalé los
recursos son finitos tanto para estatales como privadas, la crisis por
todos conocida y sus consecuencias han llevada a una lamentable
disminución de las partidas presupuestarias en la investigación en
general, lo que desalienta el ingreso a la carrera de investigador y lo
que aún es más grave favorece una nueva migración de talentos que fueron
formados, capacitados en nuestras propias Universidades.
Todo
lo anterior plantea una mayor comprensión y una nueva relación
Universidad – Empresa. La Universidad se debe constituir en un
participante activo de la generación del conocimiento para el
desarrollo, favoreciendo su transferencia, sus acciones de consultoría,
aportes de expertos en temas de interés público ( ordenamiento
territorial, nuevas energías, tecnología y comunicación, sustentabilidad
del medio ambiente, etc ) pero hay algo insoslayable por el momento,
los tiempos son distintos por la regulación inherente a la Educación
Superior.
La
Universidad se debe constituir en un participante activo de la
generación del conocimiento y de innovación tecnológica para lograr el
mayor desarrollo posible incorporando la problemática de la región y sus
posibles soluciones pero siempre como meta fundamental el máximo
aprovechamiento social para lograr a su vez verdadera legitimidad
social.
La
relación Universidad – Empresa – Sociedad para el desarrollo
estratégico de Mendoza 2030 – 2050 es imprescindible pero siempre
partiendo del reconocimiento de la singularidad propia de la
Universidad.
La
Universidad debe ser flexible, versátil y adaptable a los cambios del
entorno pero ello debe ser acompañado por las políticas de estado que lo
favorezcan.
De
esta manera se podrá generar un plan estratégico eficaz, eficiente
generando una mayor actividad económica regional y una mayor riqueza que
redundarán en beneficio de la sociedad toda.
Dr. Daniel R. Miranda
Médico Pediatra
Rector UMaza
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