Adolescentes 6
Estimado
claustro universitario:
Muchas
veces se describe a la adolescencia como el período de “ ruido, turbulencia,
agitación”, pero no siempre es así. Sin embargo, los jóvenes que revelan conductas
de riesgo suelen ser los más “ tormentosos”.
Por otra parte, la conducta normal del adolescente
incluye la práctica del riesgo, que constituye la experiencia vital que le
permite tomar conciencia de su valor y comprobar sus capacidades.
El comportamiento psicosocial del adolescente es muy
variable, de manera que los signos de riesgo no solo se relacionan con el
carácter personal, sino también con los aspectos socioeconómicos.
El enfoque de riesgo es útil porque sugiere la
necesidad de atención del adolescente y permite, a través de una intervención
adecuada y oportuna, evitar o modificar el impacto de ese riesgo.
Cuanto más signos de riesgo exhibe el adolescente en
su medio familiar o en la comunidad, mayor es la probabilidad de involucrarse
en situaciones no esperables o no deseables por su entorno.
En aquellos que ya expresan estas conductas de riesgo,
la posibilidad de sufrir consecuencias adversas para la salud y la vida son
mayores; no obstante, este hecho no siempre genera patología. La magnitud del
riesgo depende de la intensidad del comportamiento peligroso y otras conductas,
que compensadas o no por los factores protectores, pueden dar lugar a
patologías.
Cordial saludo.
Dr. Daniel R. Miranda
Rector UMAZA
2015: año del 55º aniversario UMaza
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