Bullying, burn out, mobbing, groming 15
CR062/14
Mendoza, 04 de abril de 2014
Bullying, burn out, mobbing, groming 15
Estimada comunidad Universitaria:
En el mobbing es muy importante el perfil del acosador.
El fin último del acosador es el “asesinato psicológico” de la víctima, y el motivo principal es encubrir su propia mediocridad, todo ello debido al miedo y la inseguridad que experimentan los acosadores hacia sus propias carreras profesionales. De este modo se puede desviar la atención o desvirtuar las situaciones de riesgo para ellos, haciendo de las víctimas verdaderos “ chivos expiatorios “ de las organizaciones. La mera presencia de la víctima en el lugar de trabajo desencadena, debido a sus características diferenciales, una serie de reacciones inconscientes, causadas por los problemas psicológicos previos que presentan los hostigadores. En otras ocasiones, el temor procede de la amenaza que supone para estos el conocimiento por parte de la víctima de situaciones irregulares, ilegales o de fraudes.
Los agentes tóxicos del acoso son en la mayoría de los casos: los supervisores o jefes, apoyados a menudo por “esbirros “ o “ sicarios “. También hay muchos acosadores entre los propios compañeros de la víctima, y se calcula que, en un 4% de casos, el mobbing es de tipo ascendente, es decir, del subordinado al superior.
Es frecuente la actuación de los acosadores en grupo o bandas de acoso, y los actos de hostigamiento suelen ser, como se ha visto : gritos, insultos, retos constantes, humillaciones, falsas acusaciones, amenazas, obstaculizaciones, motes, bromas, etc…. Todo lo cual puede desembocar en el auténtico “linchamiento psicológico” de la víctima, que si es practicado entre todos los trabajadores es muy difícil de probar, por lo que el “asesinato psicológico” habrá resultado perfecto.
La exposición a estas conductas de hostigamiento reales y observables no es algo casual sino plenamente causal o intencional puesto que quien acosa intenta, en mayor o menor grado, generar un daño o perjuicio para quien resulta ser el blanco de esos ataques, muy especialmente el amilanamiento y la quiebra de su resistencia psicológica a mediano plazo.
Todo proceso de acoso psicológico en el trabajo tiene como objetivo intimidar, reducir, aplanar, apocar, amedrentar y consumir emocional e intelectualmente a la víctima, con vistas a anularla, someterla o eliminarla de la organización, que es el medio a través del cual el acosador canaliza y satisface una serie de impulsos y tendencias psicopáticas.
No es infrecuente encontrar ( aunque no siempre es el caso ) que esa necesidad insaciable de agredir, controlar y destruir que suelen presentar los hostigadores, procede de una serie de tendencias psicopatológicas o de personalidades mórbidas o premórbidas. Estas psicopatías corresponden a autopromotores aberrantes, maquiavélicos, narcisistas o paranoides, que aprovechan la situación que les brindan los entornos más o menos turbulentos o desrregulados de las modernas organizaciones para cebarse sobre sus víctimas.
Con todo, los agresores abusan y se prevalen corrientemente de su posición de poder jerárquico formal, pero del mismo modo recurren a su poder de tipo informal ( los poderes fácticos ) dentro de la organización para remediar sus frustraciones a través de la violencia psicológica sobre otros, compensar sus complejos o dar rienda suelta a sus tendencias más agresivas y antisociales.
Continuaremos con: las profesiones más afectadas.
Gracias y cordial saludo.
Dr. Daniel R. Miranda
Rector UMAZA
Mendoza, 04 de abril de 2014
Bullying, burn out, mobbing, groming 15
Estimada comunidad Universitaria:
En el mobbing es muy importante el perfil del acosador.
El fin último del acosador es el “asesinato psicológico” de la víctima, y el motivo principal es encubrir su propia mediocridad, todo ello debido al miedo y la inseguridad que experimentan los acosadores hacia sus propias carreras profesionales. De este modo se puede desviar la atención o desvirtuar las situaciones de riesgo para ellos, haciendo de las víctimas verdaderos “ chivos expiatorios “ de las organizaciones. La mera presencia de la víctima en el lugar de trabajo desencadena, debido a sus características diferenciales, una serie de reacciones inconscientes, causadas por los problemas psicológicos previos que presentan los hostigadores. En otras ocasiones, el temor procede de la amenaza que supone para estos el conocimiento por parte de la víctima de situaciones irregulares, ilegales o de fraudes.
Los agentes tóxicos del acoso son en la mayoría de los casos: los supervisores o jefes, apoyados a menudo por “esbirros “ o “ sicarios “. También hay muchos acosadores entre los propios compañeros de la víctima, y se calcula que, en un 4% de casos, el mobbing es de tipo ascendente, es decir, del subordinado al superior.
Es frecuente la actuación de los acosadores en grupo o bandas de acoso, y los actos de hostigamiento suelen ser, como se ha visto : gritos, insultos, retos constantes, humillaciones, falsas acusaciones, amenazas, obstaculizaciones, motes, bromas, etc…. Todo lo cual puede desembocar en el auténtico “linchamiento psicológico” de la víctima, que si es practicado entre todos los trabajadores es muy difícil de probar, por lo que el “asesinato psicológico” habrá resultado perfecto.
La exposición a estas conductas de hostigamiento reales y observables no es algo casual sino plenamente causal o intencional puesto que quien acosa intenta, en mayor o menor grado, generar un daño o perjuicio para quien resulta ser el blanco de esos ataques, muy especialmente el amilanamiento y la quiebra de su resistencia psicológica a mediano plazo.
Todo proceso de acoso psicológico en el trabajo tiene como objetivo intimidar, reducir, aplanar, apocar, amedrentar y consumir emocional e intelectualmente a la víctima, con vistas a anularla, someterla o eliminarla de la organización, que es el medio a través del cual el acosador canaliza y satisface una serie de impulsos y tendencias psicopáticas.
No es infrecuente encontrar ( aunque no siempre es el caso ) que esa necesidad insaciable de agredir, controlar y destruir que suelen presentar los hostigadores, procede de una serie de tendencias psicopatológicas o de personalidades mórbidas o premórbidas. Estas psicopatías corresponden a autopromotores aberrantes, maquiavélicos, narcisistas o paranoides, que aprovechan la situación que les brindan los entornos más o menos turbulentos o desrregulados de las modernas organizaciones para cebarse sobre sus víctimas.
Con todo, los agresores abusan y se prevalen corrientemente de su posición de poder jerárquico formal, pero del mismo modo recurren a su poder de tipo informal ( los poderes fácticos ) dentro de la organización para remediar sus frustraciones a través de la violencia psicológica sobre otros, compensar sus complejos o dar rienda suelta a sus tendencias más agresivas y antisociales.
Continuaremos con: las profesiones más afectadas.
Gracias y cordial saludo.
Dr. Daniel R. Miranda
Rector UMAZA
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