Evaluación externa institucional

Un momento en el camino para apreciar lo realizado y decidir cómo continuar
“ Camino a visita de pares evaluadores: semana 26 al 30 de septiembre”


Estimada comunidad universitaria:

La evaluación institucional de las Universidades constituye una práctica muy importante en la República Argentina, tanto en las de gestión estatal como las privadas. La necesidad de esta práctica es una consecuencia, entre otros factores, de la ampliación y consolidación de la autonomía universitaria, de la expansión de la matrícula y de la multiplicación y diversificación de establecimientos, y en otro orden, los acelerados cambios sociales y económicos que exigen nuevas respuestas por parte de las instituciones que deben protagonizar dichas transformaciones.

Las Universidades tienen una amplia experiencia en prácticas de evaluación pero de naturaleza distinta a la evaluación institucional. Entre ellas los concursos docentes, los concursos de becas y subsidios, la evaluación de alumnos, los concursos internos de personal de apoyo, la evaluación de programas y proyectos de investigación.

Sin embargo, la evaluación institucional ha sido introducida en la agenda universitaria argentina recién desde 1995. La Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) tiene a su cargo dicha evaluación siendo creada por la sanción de la Ley de Educación Superior.

El significado de la evaluación institucional es una tarea ineludible para definir y diseñar el trabajo que ella supone. En esta reflexión partimos de pensar que la evaluación institucional propone un proceso complejo para determinar el valor de algo tan importante como es una Universidad, requiere una delicada tarea de interpretación de un conjunto de elementos que interactúan configurando una realidad particular y significativa. De hecho, evaluar no es, rigurosamente la etapa posterior o final de un proceso, sino un momento en el camino para apreciar lo realizado y decidir cómo continuar. Si se sigue profundizando, se puede decir que la evaluación que se formula debe aspirar a la credibilidad y al consenso. Una evaluación, asimismo, no es los “datos” aislados, aunque estos sean indispensables, sino el proceso por el que se aprecia y discierne el valor de las acciones y realizaciones; un proceso profundamente humano que se nutre y se articula a través del diálogo, la discusión y la reflexión.


Cordialmente.

Dr. Daniel R. Miranda
Rector UMAZA

2016: Bicentenario
Independencia Argentina



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